A esta temperatura se debería usar el aire acondicionado en invierno, según expertos
Ignorar este dato podría traducirse en un gasto significativamente mayor en la cuenta de electricidad.

Imagen referencial. / amixstudio
No cabe duda de que uno de los grandes aliados del verano, cuando las temperaturas máximas superan los 30 °C en varias zonas de Chile, es el aire acondicionado.
Sin embargo, este equipo también resulta útil en otras épocas del año, especialmente cuando las marcas en los termómetros descienden drásticamente, incluso dentro del hogar.
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Claro que existirían ciertos reglas para que el uso del aparato sea lo más eficiente posible. “En invierno no es necesario compensar directamente la temperatura exterior con una interior excesivamente alta”, dijo a LUN la ingeniera en climatización Elizabeth Correa, parte de Inacap.
Es más, si alguien sube demasiado los grados, con la idea de sentir menos frío, solo estaría logrando generar un mayor gasto en el consumo eléctrico.
¿Cuál es la temperatura ideal para el aire acondicionado en invierno?
Contrario a lo que se podría pensar, la máquina se debería situar entre los 19°C y los 21°C a lo largo de la jornada. Aquel sería el tramo donde se lograría un mayor nivel de confort térmico.
“En dormitorios, especialmente durante la noche, se puede bajar a 17°C o incluso a 16°C si se utilizan cobertores adecuados“, señaló la docente.
Un dato no menor es que por cada grado extra el gasto podría traducirse de un 6% a 8% más.
Sumado a lo anterior, tenerlo muy caliente podría conllevar algunos malestares como sequedad, somnolencia e incluso dolores de cabeza.
¿Cómo se puede optimizar el uso del aire acondicionado en una casa? Acá algunos consejos:
- Opta por equipos de tecnología eficiente: Al momento de elegir, busca modelos que cuenten con certificación energética. Los sistemas Inverter son especialmente recomendables, ya que regulan la potencia según la necesidad, disminuyendo el consumo eléctrico sin sacrificar confort.
- Asegura un buen aislamiento térmico: Verifica que puertas y ventanas estén bien cerradas y selladas. Esto evita fugas de aire frío y ayuda a que el equipo no trabaje más de lo necesario.
- Utiliza funciones de temporización: Programa el aire acondicionado para que se active solo cuando sea requerido. Así, evitarás que funcione durante periodos innecesarios, lo que se traduce en ahorro.
- Cuida el estado del equipo: Es clave limpiar los filtros con regularidad y realizar mantenimientos preventivos. Un equipo en buenas condiciones rinde mejor y consume menos energía.